Son pocos los padres que se niegan a vacunar a sus hijos. Algunos padres se niegan a dar las dosis preventivas contempladas en el calendario del Ministerio de Salud y que son obligatorias por ley. Se trata de personas que siguen regímenes naturistas o tratamientos homeopáticos.
El obligatorio se basa en el principio de que las vacunas son un bien social y benefecian a la comunidad.
Las vacunas son fundamentales y han salvado muchas vidas. Después del agua potable no ha habido elemento que haya permitido controlar la morbilidad y mortalidad en la población, como las vacunas.
En nuestro país, son pocos los padres que no quieren vacunar a sus bebés. Se vacuna el 95% de los bebés.
Algunas enfermedades epidérmicas fueron erradicadas con la vacunación.
Sin embargo, aún hay padres reacios. En general son padres que han leído mucho, pero están mal informados. Deberían comprender que al no vacunar a sus hijos no solo ponen en riesgo a sus hijos, sino también a niños que todavía no han sido vacunados y pueden contagiarse.